El origen de las cartas o naipes aun es incierto y su origen esta basado meramente en asuntos arqueológicos, algunas civilizaciones como los unos se los atribuían a los egipcios, y los explican basándose en los jeroglíficos; otros se los atribuyen a los libios, que, distraídos con esto casi olvidaron las hambrunas que padecieron. Es posible creer que estos pueblos jugaban este Juego con estampas parecidos al juego de
Pero lo que queda aclarara es que sin duda las cartas provienen de Oriente, igual que el ajedrez, en estos juegos tienen ciertas similitudes al principio. La analogía de las cartas con el ajedrez queda casi demostrada con la interpretación de antiguas cartas del siglo XV, en el que hay el Alfil y la Torre , llamada Casa de Dios. En cuanto al sentido alegórico, es casi idéntico a ambos juegos, que son la imagen de la guerra. Antiguamente los naipes no eran más número que el juego de ajedrez, y estaban divididos en dos clases, negros y encarnados, pero habiéndose aumentado sus números fue preciso hacer nuevas combinaciones, y los dos juegos comenzaron a presentar diferencias.
Sea como fuere, las cartas ya estaban en uso mucho antes del año 1392, en el que se ha querido fijar su invención, pues en 1240 en el Sínodo de Worcester prohibió a los clérigos los juegos deshonestos, entre otros el del Rey y la Reina ; un manuscrito Italiano del año 1299 habla de un juego llamado Naibí (Naipes); unos estatus monásticos de 1337 proscriben los naipes bajo el nombre de Páginas; finalmente el decreto del rey don Adolfo XI de Castilla, con fecha de 1387, los pone en el número de los juegos prohibidos.
Mucho se ha discutido para saber si los naipes son de origen español, alemán, francés o italiano, pero nada se ha sacado en claro. Lo cierto que las cartas de jugar español o pintadas (que los franceses llamaban tarocs) eran ya conocidas en toda Europa cuando en Francia se inventó el juego de piqué, en el tiempo de Carlos VII, invención que nosotros creemos simultánea con la de los naipes que todavía se utiliza en Francia, cuyos palos son diferentes, por ejemplo: Espadas, Bastos, Oros y Copas; en Francia Pica (Piqué); Trébol (Trafe), Cuadro (Carreaux), o Corazón (Coeur), y en Alemania Verde, Bellota, Cascabel y Encarnado.
Los naipes españoles representan en sus cuatro palos las cuatro clases que en el tiempo del antiguo despotismo está dividida la sociedad. Las Copas designaban el cáliz del brazo eclesiástico; las Espadas el brazo noble; los Oros el dinero de los mercaderes; los Bastos la clase de los labradores.
Los naipes fulminados como los manuscritos, antes estaban muy caros, pues en 1420 en Visconti, Duque de Milán, pago 1,500 piezas de oro a un pintor francés de un solo juego de naipes. Pero el descubrimiento del grabado de madera, hecho en 1323, propagó por todas partes los juegos de naipes, siempre se han mantenido uno de los primeros, a la par con el ajedrez y las damas, habiendo variado sus combinaciones hasta el infinito.
Si quisiéramos explicar todas las variaciones que han tenido los naipes en varios países, habría materia para un tomo: nos contentaremos con citar la revolución que sufrieron en Francia con la República francesa una e indivisible: las cuatro Damas fueron suplantadas por cuatro virtudes Republicanas; los cuatro escuderos (Valets) o Sotas sustituidos por cuatro soldados republicanos, y los cuatro reyes destronados por cuatro filósofos: Voltaire, Rousseau, La Fontaine y Moliére.
Fuentes: Magia Blanca de Armando López
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